Mario Villarreal / Líder Informativo
Leer y escribir representa una aventura que toca los confines entre lo insólito y la fantasía, y es muchas veces esto lo que convence a un ávido lector de saltar la valla y tomar la pluma entre los dedos.
Sin embargo, la falta de profesionalización, en actitud y preparación, dentro de las actividades artísticas, hacen de quienes asumen el oficio de escribir auténticos héroes que vencen al enemigo más difícil, la hoja en blanco, y sucumben ante la apatía de lectores y editoriales por conocer y difundir nuevas propuestas.
“Escribir no es sencillo, se requiere mucho trabajo y estudio; eso te va modelando hasta llegar a presentar un trabajo con calidad, que es la que le permite a ese texto ser publicado”, opinó Marcos Rodríguez Leija, escritor local.
Así como Rodríguez Leija, son muchos los autores que encuentran puertas abiertas para mostrar su talento en certámenes literarios, pero al buscar publicar con editoriales comerciales les sucede todo lo contrario.
“En la literatura son puntos extremos: o se está en la parte alta o en la parte más baja, no hay
puntos intermedios. En Estados Unidos escribir es una profesión, aquí es un pasatiempo”, expresó
Juan Miguel Pérez, ganador del Premio Estatal de Cuento y Poesía 2007.
Ambos escritores han encontrado en revistas culturales, antologías y concursos, el foro para demostrar su talento, obteniendo reconocimientos y alimentando su labor literaria al someterse al escrutinio de sus textos.
Sin duda la literatura es, entre las labores artísticas, la que mayor sacrificio requiere pues muchas veces el escritor se encuentra ante puertas cerradas, negación por parte de los editores, así como preferencias por autores de cierto tipo.
Una persona que aspira a ser escritor debe contar con el conocimiento suficiente para poder crear trabajos publicables. Varias son las alternativas: una son las revistas culturales, otra son los libros.
En cuanto a las revistas, el panorama se redujo de un tiempo a la fecha, pues de un sinúmero de revistas que había hasta el año 2000, actualmente se han ido disminuyendo aún más debido a la crisis económica; es ahí cuando se reducen las posibilidades de publicar literatura, poesía, reseñas y demás.
Otro impedimento es que la gran mayoría de estas publicaciones son manejadas por ciertos grupos sectarios, que acaparan estos espacios para promoverse a sí mismos o impulsar ciertos
talentos, impidiendo a las nuevas generaciones abrirse espacios dentro del ámbito literario.
Actualmente, en el estado, prevalece la revista editada por la Universidad Autónoma de Tamaulipas; mientras que nombres como Cariátides, A quien corresponda, Mar abierta y Reflejos
dejaron de existir debido al cierre de ciclos, la crisis o la falta de subvención.
“El Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) convoca a premios estatales y
regionales, pero últimamente se están rezagando, el libro que debería salir al año siguiente
(por obtener el premio) se tarda dos o tres años, y algunos ni siquiera alcanzan a salir por
que se les van empalmando”, comparte Pérez.
La distribución es otro problema que aqueja al estado, pues una vez publicados los textos
premiados, muchas veces se quedan bajo resguardo en bodegas; y, aunque se realizan ferias del
libro en cada municipio, en éstas no se encuentra un local de las autoridades estatales competentes, con lo que se evidencia que sólo cumplen con el propósito de publicar, mientras que no se preocupan por la difusión.
No es este el único problema que enfrentan los escritores. La apatía del público por abordar la
lectura, al menos como pasatiempo, se convierte en el detonante principal del problema de falta
de difusión y la negativa de las editoras por publicar ciertos tipo de literatura.
Es así que se forma un círculo vicioso: los escritores no tiene oportunidad de difusión, las editoriales no encuentran negocio y los pocos lectores se ven sometidos a leer lo mismo
una y otra vez o a abandonar la lectura.
Otro caso especialmente particular es el de la poesía, que es menos buscada por los lectores,
y por lo mismo es más difícil ser publicada.
"Dicen que el poeta mientras más joven es mejor, mientras que el narrador mientras más viejo es más interesante", afirma Juan Miguel Pérez, quien también ha recibido tres menciones honoríficas en concursos de poesía.
Linda González, integrante del grupo Alquimia Roja, obtuvo en 2007 una primer mención honorífica en el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines y ha enfrentado dificultades para dar a conocer este trabajo ya que, al no resultar ganadora absoluta, no obtuvo este derecho.
"Pienso que lo más difícil es convencer a la gente de que tu trabajo es bueno, sobre todo porque
en Nuevo Laredo la práctica de la lectura es prácticamente nula. En consecuencia, a nadie
le interesa si se publican libros o no y por esta misma razón es que son muy pocos, si no es que
inexistentes, al menos en esta ciudad, los programas de apoyo para escritores", afirma.
Ante esta situación, y aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías, muchos escritores
adoptan actualmente por la autopublicación a través de sitios de internet, como revistas virtuales
o los denominados blogs. Es ahí donde escritores como Jorge Santana, Linda González y Jesús DeLeón Serratos han encontrado un desfogue para presentar su trabajo o practicar la escritura, al mismo tiempo que comparten sus gustos y aficiones con sus lectores.
"Publicar en México es un proceso complicado que siempre se facilita si se conoce a las personas adecuadas. Mi problema principal fue cerrarme a muchas oportunidades, pero era natural. Estaba
muy ‘verde’ cuando todo se me vino de pronto, y no es excusa, pero fue demasiado en tan poco
tiempo. Tuve que crecer y aprender a desprenderme del material.
Ahora cualquiera puede tener un blog y autopublicarse. Eso, en definitiva, vino a redimirme. “Algunos mitifican el proceso de publicación. Creen que es tener un libro que pasará directo a la
imprenta y no quieren que nadie más lo lea hasta que llegue a las librerías. Desde luego, eso suena absurdo, porque lo es. Un libro pasa por mucha gente antes de que se decida su publicación. “Tienes que ejercitarte, dejar que tu material sea libre. Por eso regreso a los blogs, porque de entrada, escribes con el corazón, pero en cuanto te das cuenta que alguien te lee, tu actitud cambia. Los talleres te ayudan a vencer el miedo a escribir para una audiencia y a enfrentarte a la crítica”, dijo Jesús DeLeón Serratos.
El escritor, quien es originario de Nuevo Laredo y actualmente reside en Estados Unidos, tiene
dos antologías publicadas. Mientras una pluma siga luchando contra la blancura de una hoja, y la inquietud por escribir no abandone a los autores, la moneda seguirá en el aire. Cara: la apatía; cruz: el surgimiento de nuevos escritores; pero en este caso, más que azar, el resultado dependerá, efectivamente, de que no se agote la curiosidad por parte de quienes disfrutan el infinito placer de la lectura y de que los autores no pierdan la furia creativa, que con uno sólo de sus destellos ilumina la vida de muchos.
Jaumave
Junto a otros escritores del estado, Linda González (der) Cynthia Rodríguez Leija (izq), Lorena Hernández y Juan Miguel Pérez encontraron la inspiración para sus nuevos trabajos en un hermoso escenario.